Hennessy |
Publicado: Tue Oct 24, 2006 11:07 am Asunto: Kim Jong Il sigue brindando |
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A pesar del embargo de Naciones Unidas sobre los productos de lujo con destino a Corea del Norte, el dictador Kim Jong Il sigue disfrutando, gracias al mercado negro, de las mejores botellas de vino francés y de los platos más refinados que tanto aprecia.
Testimonios publicados desde hace más de diez años, tanto de extranjeros como de tránsfugas norcoreanos, pintan a un 'Querido Líder' convertido en un fino gourmet, que aprecia los sushis más rebuscados, las pizzas sin anchoas y los bogavantes, que degustó profusamente por ejemplo en su viaje a Rusia en tren. Según un libro del antiguo chef japonés de Kim, un especialista en sushis, el líder norcoreano siente un enorme placer al notar en su boca el sabor del pescado crujiente y casi vivo.
Por lo que a las bebidas se refiere, hace mucho tiempo que le encanta el coñac francés. "Cada diplomático que vuelve a Corea del Norte tiene que llevar varias botellas de Hennessy", asegura Alexandre Y. Mansourov, experto en cuestiones coreanas en el Centro Asia-Pacífico para el estudio de cuestiones de seguridad, un organismo de investigación cuya sede está en Hawaii.
Pero, en los últimos años, Kim ha comenzado a apreciar también los vinos. "Las compras de vinos procedentes de China y de Corea del Sur son frecuentes, sobre todo las de los vinos más caros. Hay ya una serie de rutas bien establecidas para los revendedores chinos o surcoreanos", explica un empleado de una gran bodega de fracesa, que prefiere guardar el anonimato.
Estima este viticultor frances que varias decenas de cajas de vino de sus bodegas cruzan a menudo la frontera de Corea del Norte, junto a otros vinos y a otros productos de lujo. "Es de sobra conocido que los coreanos del norte, es decir el partido comunista, hace acopio de vino a través de China", añade.
Recientemente, un vendedor al por mayor chino quería comprar 500 cajas de vino de la citada bodega francesa. "No se las vendimos, porque el mercado norcoreano no está controlado", explica el bodeguero.
"Las sanciones de la ONU apuntan a la elite de la nación y, especialmente a Kim Jong Il", subraya Scott Bruce del Nautilus Institute, un centro de investigación americano.
Pero, según los especialistas en Corea del Norte, mientras la población pasó hambre en los años 90, tras la caída de la Unión Soviética, y sigue pasando hoy escasez, los bienes de lujo constituyen una forma de recompensa para los más fieles del régimen comunista.
La mayoría de los analistas considera que la resolución de la ONU no va a impedir a Kim Jong Il y a sus adláteres a seguir disfrutando, mientras la población lucha por el sustento mínimo.
"Se trata de productos que son lo suficientemente pequeños para ser pasados fácilmente de contrabando", dice Kimberly Elliot del Centro para el desarrollo global, con sede en Washington, quien cree que las sanciones financieras serán, en este sentido, mucho más eficaces.
Uno de los puntos más calientes del tráfico negro es la región de Dandong, en el nordeste de China, donde hay una ciudad china separada de Corea del Norte por el río Yalu. "Siempre habrá un enorme tráfico por la frontera China hacia Corea del Norte", estima John Feffer, director adjunto del Foreign Policy in Focus, un centro de investigación americano.
"La resolución es una bofetada de la comunidad internacional en la cara del régimen norcoreano, pero no va a ser muy eficaz, porque, además, Corea del Norte produce alcoholes maravillosos", matiza Leonid A. Petrov, actual titular de la cátedra de Corea en el Instituto de Estudios Políticos de París.
"Dudo mucho que los norcoreanos dejen de realizar sus ensayos nucleares por la amenaza de que no van a tener acceso al coñac", advierte Marcus Noland, experto en Corea del Norte y autor del libro 'Corea después de Kim Jong Il'. |
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