Dieta
mediterranea
Cómo se hace
el menu dieta mediterránea
fácil
Para cada tipo de alimento
conocemos la cantidad diaria que
debemos consumir. Empezamos con
los primeros platos de la
comida, que deben ser los más
calóricos y, en función de
ellos, se reparten los demás
alimentos en las comidas
restantes.
Como las legumbres las tenemos
divididas en dos o tres días, y
son comidas muy energéticas, el
segundo plato debe serlo menos
para no “pasarnos” de
calorías. Por ejemplo, puede
ser pescado o huevo, acompañado
de ensalada.
Otro día puede ser arroz, que
permite un segundo plato con
más calorías, por ejemplo
carne de pollo o pavo. No lo
acompañes de patatas, pues el
arroz es un hidrato de carbono y
las patatas también. Si no
quieres repetir con la ensalada
puedes añadir alguna verdura
frita (berenjenas, calabacín,
espinacas, zanahorias, aros de
cebolla
Dieta
Mediterránea que la convierten
en una de las opciones más
saludables: la variedad de
productos vegetales y su elevado
consumo por encima de los
animales, su riqueza vitamínica
(frutas y verduras), el aporte
de hidratos de carbono (cerales)
y la presencia de una de las
joyas de nuestra gastronomía:
el aceite de oliva virgen.
El cuarto día podemos hacer una
pasta y de segundo carne o
pescado, según con qué
acompañes la pasta. También
puede ser plato único. Mira las
tablas de calorías y haz la
composición que más te guste.
Llega el día de la verdura. Una
verdura cocida apenas es
apetitosa. Rehogada con aceite,
ajos y unas tiras de bacon ya es
otro cantar. Otra opción es,
después de cocida, gratinarla
con bechamel, pero eso añade
más calorías. El segundo te
permite cargar las tintas, así
que un buen filete (no te pases
de los 130 – 150 gramos de
peso) con patatas fritas hacen
olvidar la verdura, si es que no
te gusta mucho.
Para finalizar, día del guiso
de patatas (hemos quedado que no
las consideramos verdura en
cuanto a su composición
nutricional), que van bien con
carne o pescado. Puede ser plato
único.
Dejamos para las cenas aquellas
comidas un poco más ligeras
(depende de la cantidad que
tomes, claro) como las sopas,
las pizzas (si no las cargas
mucho con queso) y el huevo. Ojo
con los bocadillos de embutido,
que tienen mucha grasa y por
tanto dosis elevada de
calorías. Acostúmbrate a tomar
un buen plato de ensalada
recién hecha, que sacia y
apenas tiene calorías (si no
añades queso, aceitunas,
nueces, atún o cosas por el
estilo).
Lunes |
Martes |
Miércoles |
Jueves |
Viernes |
Sábado |
Domingo |
Legumbres
Pescado y ensalada |
Arroz
Pollo y verduras |
Verdura
Chuletas con patatas |
Legumbres
Tortilla de patatas |
Pasta con tomate
Hamburguesas |
Patatas con
almejas
Empanadillas de atún |
Paella |
Más
carbohidratos, frutas y verduras
Los hidratos de carbono deben
proporcionar el 50% del aporte
energético total diario.
Conviene que sean carbohidratos
complejos (pastas, arroz,
patata, pan y legumbres) y no
simples (helados y bollería).
Las frutas y verduras, ricos a
su vez en fibra, nos aseguran
las suficientes vitaminas y
minerales
Las grasas o lípidos aportarán
aproximadamente el 35% del
aporte energético total. Se
preferirán las grasas de origen
vegetal, (frutos secos, aceite
de oliva) a las de origen
animal. Una excepción es la de
los pescados azules (caballa,
atún, sardina ...) porque es
pool insaturada y contribuye a
prevenir problemas
cardiovasculares.
La ingesta de ácidos grasos
saturados debería situarse por
debajo del 10%
La ingesta de ácidos grasos
pool insaturados no debería ser
superior al 8% del consumo
energético
La ingesta de ácidos grasos
monoinsaturados debería
proporcionar un aporte
energético como máximo del 15%
Las proteínas aportarán el 15%
de la energía total. Las
proteínas ayudan a regenerar el
tejido del organismo. La
proteína de origen animal
(huevos, leche, carne y
pescados) es más completa que
la de origen vegetal (legumbres
y cereales). Sin embargo, los
vegetales debidamente combinados
(por ejemplo, lentejas con
arroz) aportan una proteína de
calidad similar a la animal,
pero sin colesterol ni grasas
saturada
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