Recetas del mundo

Sencillas y socorridas · Cocinero Invitado

En la barriada de La Corta un grupo de mujeres ha escrito un libro de recetas de cocina. Son sencillas y socorridas. Es una de las actividades que desarrollan dentro del aula de educación familiar de los servicios sociales de su barrio. Buscaron recetas y las pusieron en común con el resto de sus compañeras. El resultado es 'Entre pucheros', un cuaderno de recetas con primeros, segundos platos y postres que se presentará cuando acabe el verano. receta de cocina

cuatro de las doce mujeres que han participado en su elaboración, además de monitores y técnicos de los servicios sociales. Todas se conocían antes de hacer este trabajo. Cada jueves, este grupo de mujeres se encuentra en el local que tienen los servicios sociales a la entrada del barrio. Así desconectan un poco del día a día, se ven y comentan sus cosas, dice Francisco Raya, uno de los monitores. Las instalaciones cuentan con un aula de guardería para que no tengan que preocuparse demasiado por los pequeños. Como preparar receta

Consiguieron las recetas de formas muy distintas. Algunas aprendieron a cocinar con la familia. A unas las enseñó su madre, a otras sus abuelas. Pero Josefa tuvo que hacerse a los fogones en otro sitio. «Aprendí en las cocinas de la cárcel, no tenía ni idea y allí me tuve que aplicar a fondo», admite. «Pídeme un potaje y seguro que te chupas los dedos, pero no me gusta tocar la carne cruda», añade después de explicar que no le gusta manejar la carne en la cocina. Ingredientes

Están acostumbradas a hacer platos para muchos. Josefa alimentó a nada menos que a doce hijos, cada uno con sus gustos. Algunas veces le hacía a cada uno lo que le quería, pero otras, si no les gustaba tenían que comer lo que les pusiera por delante», recuerda. En casa de Alicia son siete, pero no son delicados a la hora de comer. A ellos les gusta cualquier cosa, nunca he tenido problemas, asegura. Los niños de Soledad tienen una peculiaridad, no son complicados, pero no les gusta quedarse en el comedor del colegio, no prueban bocado. «No puedo dejarlos allí, se han acostumbrado a comer en casa y no quieren otra cosa», se lamenta.

Gustos

Cada una de estas cocineras tiene sus gustos. Josefa es más de cucharas. «Yo me quedo con los potajes: donde se ponga un buen cocido, que se quite lo demás», afirma. Los segundos platos son los preferidos de Alicia. «En casa lo que más nos gusta es el pollo en salsa o con patatas, los niños siempre quieren más». Los postres son para Ana, no en vano es la autora de cuatro recetas de dulces en el libro. «Si una comida acaba con un buen postre, siempre queda mejor sabor de boca», cuenta.

Soledad no se posiciona. En mi casa nos gusta todo, los primeros, los segundos y los postres, sentencia.

Durante el verano, las costumbres cambian un poco. De los potajes se pasa a las carnes y arroces. Eso a los niños les encanta porque con el calor no les apetece demasiado comer cocido, dice Alicia. Aunque Soledad no esté tan de acuerdo «En mi casa, aunque sea verano, una vez por semana no puede faltar algún puchero», asegura.

Coinciden en que lo más socorrido en la cocina es el típico huevo frito con patatas. «Cuando no tienes qué hacer, ni ganas de preparar es la mejor opción», dice Ana María. Y es que cuando hay que cocinar para tanta gente, hay días en los que pasar el menor tiempo posible en la cocina es una bendición.

Cuando se les pregunta por algún ingrediente secreto lo tienen claro. Además de las pertinentes dosis de cariño todas coinciden en que lo mejor es utilizar aceite de oliva. «Si cocinas con un buen aceite la comida siempre sabe mejor, es la base, asegura Alicia. Aunque algunas también tienen su toque personal. Yo, si puedo, le echo un poquito de avecrem», revela Josefa.

La elaboración del libro les ha enseñado que juntas pueden hacer cosas importantes. A buen seguro que esta manera de ilustrar la cocina por sus protagonistas de una manera sencilla y sabrosa hará las delicias de muchos.

La iniciativa es tan sólo una muestra de la labor que a diario hacen multitud de monitores y trabajadores sociales en los distritos de la ciudad. Ayudar y orientar para tener un mañana mejor es para muchos profesionales un trabajo duro, pero repleto de satisfacciones.

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